Diego graba en una cinta las palabras encriptadas en los textos que le hizo recitar a Olarte, construyendo así las frases que él mismo pronunció cuando delató a Claudio. Claudio y Adriana no consiguen identificar de quién es la voz, por lo que Nacho descarta la grabación como algo a lo que agarrarse para defender a Claudio; sin embargo, Olarte mete la pata y hace que Nacho empiece a sospechar.