En su afán de impresionar a Adriana y darle celos, Diego termina ejecutando una absurda coreografía ("el baile del pescado") mientras canta en el concurso de karaoke y descubre que toda la plantilla, Olarte incluido, está haciendo apuestas sobre el éxito de su actuación. Roberto, por su parte, aún no ve claro lo de renunciar a la beca y quedarse en Madrid como nuevo director adjunto, sabe que Noelia está muy feliz por su decisión pero él no termina de aclararse.