Al descubrir la trampa que les estaban tendiendo Be y Adriana, los Perlines demuestran que no son gente de fiar. La banda decide secuestrar a las dos chicas cuando descubren la grabadora en el pecho de Be. Atadas y encerradas en una habitación, la dos amigas desesperan viendo como es imposible escapar. Por su parte, Cayetana sigue sin sentirse feliz. Ni su reciente maternidad ni la propuesta de matrimonio de Nacho, capaz de renunciar a todo por su chica, consiguen cambiar su estado de ánimo.