En estado de shock por la muerte de Echegaray, Chali trata de superarlo sola, refugiándose en el plató. La peluquera trata de alejarse de todos, pero Puri no piensa consentir que su amiga se hunda. Tras varios intentos, la recepcionista consigue que reaccione, aunque sigue guardándose las lágrimas frente a sus compañeros para no delatarse. Además, la estilista decide no acudir al funeral, pero hace su particular homenaje a su amado acudiendo al mismo banco donde le vio por última vez.