La vida de Diego está literalmente en manos de Álvaro, quien al escuchar por boca de Bea que su acérrimo enemigo es en realidad su hermano le iza del vacío y le salva la vida sin saber muy bien por qué. Álvaro no da crédito ante semejante revelación, pero ahora comprende muchas cosas y tiene la necesidad de hablar con su moribundo padre.