Murat recibe la noticia de que Aylin está en cuidados intensivos tras un accidente. Mientras, la suerte sonríe a Medine y sus amigas, que dejan atrás su papel de pobres limpiadoras. La que fuera a ser la esposa de Murat corre a pedirle perdón y suplicarle que la espere, ahora que ha ya no volverá a ser una humilde asistenta.