Múntaz trata de abrirle los ojos a Gülten sobre las verdaderas intenciones de Cemile algo que puede traer consecuencias muy perjudiciales para la madre de Mete. Filliz descubre la infidelidad de Izzet, pero guarda silencio. La que no puede aguantar más es Naz que por un lado se siente infeliz junto a Mete y por el otro no asume que la mansión sea ahora propiedad de Incila.