Las condiciones de Incila han caído como una auténtica bomba y su enfrentamiento con Naz ya no tiene vuelta atrás. Mete trata de entender la nueva actitud de Incila, pero ni él, que se encuentra en mitad del conflicto, lo consigue. Filiz, muerta de celos y como venganza, aviva el fuego en el lugar en el que más puede arder.