Luis Alberto despide a Ramona y a María tras acusarlas de ser alcahuetas. Se encierra en la biblioteca, negándose a hablar incluso con María Isabel. Mariana, decidida a confesar la verdad, logra entrar en la biblioteca, pero Luis Alberto la humilla, llamándola indigna. Dolida, Mariana opta por no revelar su secreto y desafía a su esposo a que sea su investigador quien descubra la verdad.