Se aproxima la inevitable expropiación de Mirador de Montepinar, a pesar de que sus residentes llevan meses luchando titánicamente contra viento y marea para paralizar el proceso. Sin apenas opciones, completamente desesperados y con los nervios a flor de piel, Coque y Enrique toman una drástica decisión: abandonar sus viviendas para mudarse a Peñafría.