La relación entre Elif y Firat cada vez es más fria, ella sigue sin confiar en él y todo lo que Úmran le va diciendo son granitos de arena que van haciendo la montaña de la desconfianza más y más grande. En la empresa, el expediente de licitación está listo. Sude ha hecho un buen trabajo pero ahora se encuentra entre la espada y la pared por culpa de sus errores del pasado.