Perdido y sin rumbo, Firat acude a Elif, pero no encuentra en ella el consuelo esperado. Ella ha dejado de ser la mujer compasiva y complaciente que era y ahora solo piensa en sus intereses y en los de Günes. Sinan ya no sabe que hacer para expulsar a Dila de su vida al igual que Firat que habla con Sude a la que propone una salida para no tener que verla más.