Descubierto y al borde de la captura, el Tilico se pone una pistola en la sien. El juez ordena que Gisela sea internada en un hospital psiquiátrico; sin embargo, ella consigue escapar de prisión y promete vengarse de Esmeralda y Pablo. Paralelamente, el Silencioso le propone a Fela que renueven sus votos matrimoniales.