Hicran se despierta todos los días con la misma pesadilla: la muerte de su hija recién nacida. Aún así, no pierde la esperanza de volver a verla y lucha por encontrarla. Un día, cuando Hicran salva a la pequeña Melek de ser herida, es acusada de intento de secuestro. Al resolverse la situación, el padre le ofrece ser la niñera de Melek, quien está traumatizada desde la muerte de su madre.