En su lecho de muerte, Derin hace las paces con su pasado. La familia, sin embargo, queda totalmente destrozada. Ali pierde la cabeza y va en busca de Belgin para exigirle el paradero de su marido, aunque lo que se encuentra al llegar a la casa de los Mirkelamoğlu le rompe definitivamente el corazón. Tekin, por su lado, comienza su huida para no ser atrapado por la policía.