Aysun lo tiene todo muy bien planeado. Con Bahar drogada, lo mejor será fingir un escape de gas para no dejar rastro alguno. Sin nadie en la mansión que la moleste todo está saliendo a la perfección hasta que Bahar consigue llamar a Demir que de inmediato sospecha que algo no va bien. En la tienda de Leyla, el trato de Hazan con sus nuevas clientas cada vez es más complicado, pero la costurera tendrá que tragarse el orgullo una y otra vez si quiere reunir el dinero que necesita.