Mateo sigue decidido a suicidarse y camina por las vías del tren. Allí se encuentra con un mendigo-filósofo con el que comparte unos tragos de vino. Mateo se encamina al encuentro de un tren. Miranda, Violeta y Jorge le buscan desesperados, pero un mendigo les dice que un tipo se ha arrojado a las vías del tren.