Guillermo, incapaz de disuadir a su hermana, visita a Nacho en la cárcel y le arranca la promesa de que nunca más llamará a Inma. Pero algo hará que el gélido corazón de Guillermo se vaya ablandando. Turbo, desolado tras saber que Eloy le robó sus canciones, sospecha que parte de culpa la pueda tener Clara.