La relación entre Miranda y Mateo no mejora, siguen discutiendo por todo y Mateo empieza a replantearse el sentido de mantener esa relación que, como la de Ángela y Agustín se tambalea. Ángela está harta de que Agustín no quiera enfrentarse a su familia pese a los ánimos que tanto ella como Santi le dan.