Iñigo se prepara una vez más para afrontar el gran día de su boda. Esta vez sabe que la precipitación es sólo aparente pues su relación con María es el fruto de un largo proceso de maduración. Le ha costado vencer el último gran obstáculo, la repentina aparición de Míriam, la ex que le dejó plantado en el anterior intento. Todos acuden a la boda con sus respectivas parejas. Iñigo se hace esperar y todos se intranquilizan. Llega David con la noticia de que Iñigo ha desaparecido. María, destrozada, huye de todos.