La situación en el instituto se hace insostenible. Ni profesores ni alumnos soportan ya la tiranía de Carlos. Pero el autocrático director no está dispuesto a abandonar su cargo sin pelear por él, a pesar de que cada día va quedándose más sólo y perdiendo sus posibles apoyos. Incluso Raúl, uno de los escasos partidarios de que Carlos continúe en su cargo de director del instituto ha empezado a replantearse su postura.