Raúl, atormentado pensando que Isabel ha descubierto su verdadera situación económica y que él en realidad trabaja en la pizzería, intenta encontrar una solución desesperada que le permita recuperar su honor. En realidad, todo ha sido una broma urdida por Dani y Nico para darle una lección. Alberto y Paloma creen que la broma puede ser peligrosa. Después de muchas dudas Raúl decide quedar con Isabel para hablar con ella y aclarar las cosas de una vez por todas.