Míriam está obsesionada con su posible lesbianismo como causa de sus problemas y dudas con Iñigo, aunque gracias a Paloma consigue desdramatizar su actitud. María, tremendamente preocupada porque los padres de Dani y Raúl se vayan a separar, consigue algún tibio avance en su empeño por seducir a Raúl.