Los compañeros no se podían creer la lesión de Stella y se mostraban muy disgustados y apenados. Cuando los guerreros comentaban lo sucedido, sonaba el teléfono: era Stella que llamaba para tranquilizarles y darles ánimos. Pero la sorpresa no quedaba ahí, Stella en realidad había vuelto para poder estar con sus compañeros y poder abrazarles