Desde su helicóptero, Jesús Calleja sobrevuela Suances, en Cantabria, con un objetivo claro: brindar apoyo al único equipo de fútbol femenino del pueblo. Además de restaurar las instalaciones, a Calleja se le ocurría la idea de organizar un partido entre los vecinos en el que iba a haber un invitado de lo más especial, el exfutbolista Emilio Amavisca.