"¡Has violado a mis nietos! ¿Por qué? ¡Qué valiente! ¡Sinvergüenza!", decía la abuela de los pequeños mientras el acusado se iba del juzgado en coche. La guardia civil sostenía a la familia mientras él se iba en coche acelerando a toda velocidad: "¿Dejáis libre a un violador, en la calle?", preguntaba otro de ellos.