Salimos a la calle con el micrófono y una sonrisa pícara para lanzar la gran pregunta: ¿Cuál es tu placer culpable en verano? Las respuestas fueron tan variadas como humanas, y nos quedó claro que, aunque a veces nos dé un poco de vergüenza admitirlo, todos tenemos ese pequeño gusto que nos alegra el día... y que no solemos contar en la primera cita.