La policía ha desmantelado, en el barrio madrileño de Usera, tres clínicas ilegales que, presuntamente, aplicaban bótox y realizaban tratamientos para el cáncer de piel. Todo en un ambiente rodeado de suciedad, insectos e incluso perros. Además, el equipo médico estaba amontonado, sin la limpieza necesaria ni un espacio apropiado.