La influencer Pawgli entabló una relación de amistad con un monitor de su gimnasio en Barcelona, pero todo cambió cuando él empezó a obsesionarse con ella y se convirtió en su acosador. Aunque habló con el personal del gimnasio y le echaron del trabajo, continuó persiguiéndola e incluso se ha mudado a Madrid, siguiendo sus pasos, para instalarse en un edificio muy cerca del suyo.