Valeria Mazza siempre soñó con casarse, formar una familia y tener varios hijos. Ese deseo se vuelve realidad en 1998, cuando une su vida a la de Alejandro Gravier en una boda inolvidable, multitudinaria y llena de glamour. Además, Alejandro la apoyó en su carrera, acompañándola en cada paso de su éxito profesional.