Paul, jefe de proyectos eléctricos, y Michelle, peluquera, se conocen desde la niñez, hace cuatro décadas. Viven en Boondal con sus dos hijos, en el barrio donde crecieron, en una casa de tres habitaciones que a ella le encanta, aunque él siente que ya no es adecuada por la falta de espacio, especialmente porque ambos trabajan desde casa.