Tony Spina se convertía en el ganador de la pasada gala para disfrutar de un gran privilegio: disfrutar de los recursos de ambas playas. Por ello, se acercaba hasta la pared de ramas que separan Playa Caos y Playa Armonía para reclamar sus derechos y pedir su parte de la comida a Iván González y a Alejandro Albalá.