Un nuevo día empieza para los supervivientes y los ánimos están, en general, bastante bajos. Tony asegura que estar en la playa es un infierno y que incluso tiene ganas de huir a Cayo Paloma mientras que Iván cree que, cuando vuelvan a casa, van a ver reforzadas sus relaciones personales. Más tarde, Miri y Fani montan su propio spa improvisado.