Makoke y Pelayo observan el amanecer en Playa Magna mientras analizan su trayectoria en el concurso. Anita se muestra muy indignada porque sus compañeros ni siquiera les han deseado buen provecho y Montoya asegura que actúan como si ellos dos no existieran. Cae la tarde y, al regresar de la gala, los supervivientes se dan cuenta de que ha llovido y que la hoguera se ha mojado.