Tras conocerse el accidente de José Antonio Reyes, Sevilla se sumió en el luto. La capilla ardiente fue instalada en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, donde miles de seguidores, familias enteras y antiguos compañeros se acercaron para darle su último adiós. Pero quien no estuvo presente fue su mujer y madre de sus dos hijas, Noelia López.