Corría el año 2016 cuando Cristiano entró en la tienda Gucci donde trabajaba Georgina como dependienta. De la noche a la mañana, ‘Gio’ pasó de coger el autobús a comer ibéricos en el jet privado de su chico y crear un imperio: modelo, influencer, empresaria y futura señora de Ronaldo. “Antes vendía bolsos de lujo, ahora los colecciono”, presumía en su reality de Netflix. ¡Díselo reina!