Antes del asesinato de María del Carmen, la familia Sala se encontraba en una guerra total y un clima de máxima tensión tras el fallecimiento de Vicente Sala, que había dejado su herencia repartida equitativamente entre sus cuatro hijos, pero la denominada acción de oro (tipo de acción que permite a su titular al derecho de veto sobre cualquier decisión de la empresa) a su mujer. Ella lo utilizó para colocar al frente de las empresas a su hijo Vicente por encima de sus hijas.