Cada vez hay menos jubilados que cobran una pensión inferior a 1.000 euros y uno de cada tres reciben 2.000 euros o más cada mes. Es una situación que contrasta con quienes tienen que pagar esas pensiones, los jóvenes, cuya situación se precaria y en muchos casos no les permite independizarse. El 43% de los jóvenes ha trabajado sin contrato y uno de cada tres está en riesgo de pobreza.