Los expertos advierten que respirar el humo de los incendios puede equivaler a fumar hasta nueve cigarrillos. Por ello, se recomienda tomar una serie de medidas preventivas en las zonas afectadas: mantener puertas, ventanas y persianas cerradas; colocar paños mojados en las rendijas; y desconectar la luz, el gas y el gasoil para evitar problemas mayores.