"No te puedes hundir por un tío que que te ha hecho eso a la mínima de cambio, Melyssa, por favor. Menos mal que has venido aquí, menos mal que le mirabas el móvil... ¿Qué no le dejabas ser él? Claro, él quería ser un cerdo, que es lo que está haciendo y encima tú machacándote con los celos", le señalaba su compañera mientras Melyssa a penas podía pronunciar palabra.