Una vez se quedaban a solas, Carlos Sobera les transmitía algo importante: si lo deseaban, tenían a su disposición una hora sin cámaras, pero la pareja decidía rechazarla. "Yo lo agradezco mucho, pero no. Esto no va a pasar aquí, pasará fuera cuando salgamos si tiene que pasar. Ahora mismo no es el sitio ni el momento", decía José María.