Ya con la cena avanzada, la conversación sube de tono y ambos se sueltan más. Jorge, sin filtros, lanza una confesión inesperada: “Soy muy activo, demasiado. Me gusta ser muy bruto”. Noa, entre risas y sorpresa, responde con ironía a las cámaras del programa: “Mientras no me tenga como un conejo esclavizado... Que yo soy asmática, pero no pasa nada, me llevo el ventolin”.