Una vez detenido Alfonso Basterra se le llevó al calabozo, donde estaba cerca Rosario Porto. "Se sonorizan los calabozos para ver si, entre ellos, cuentan lo que ha pasado. Se habla en alto con uno de ellos para que se de cuenta de que el otro está enfrente y comiencen a hablar", explicaba Gabriel Meléndez, Guardia Civil de la Unidad Orgánica de Policía Judicial.