Beatriz, una mujer sevillana, considera que su hija Sara de 32 años no está aprovechando su vida porque siente "devoción por su abuela" ya que ha sido "como su segunda madre". Hace 16 años fue diagnosticada de alzhéimer y, desde ese momento, Sara se ha volcado con ella en cuerpo y alma. "Es poesía verla con ella", asegura.