A los 18 años, la abuela de Jennifer le confesó que el hombre que la había criado no era su verdadero padre y que su progenitor era un vendedor ambulante de turrones y mantas del barrio madrileño de Vallecas, conocido por el apodo de “Carrancho”. Y Miguel acusa a su amiga de hacerle "brujería" tras romper un plato con su nombre.