Pablo Rioja acudió en compañía de su entonces novia a Medjugorje atraído por los supuestos fenómenos que allí tienen lugar y con la intención de escribir un libro sobre el tema. Sin embargo, lo que el escritor encontró allí es algo que no imaginaba y que llegó incluso a atemorizarle y hacerle posponer su idea de escribir sobre el asunto.