La crisis económica también ha llegado al mundo de las vacaciones de verano.Los precios de los alquileres no han variado mucho, pero sí se han modificado los hábitos, por ejemplo, a la hora de fijar los tiempos de estancia. Antes se alquilaba, como término medio, quince días y ahora se ha reducido a una semana. También se confirma que se abandona el hotel por el apartamento familiar.