A la chabola de Delfina en el asentamiento sevillano de El Vacie ya han ido los asistentes sociales, según cuenta su hijo. Y todavía sigue conviviendo entre ratas, humedad y palos que están a nada de caerse. "Se le va a derrumbar la casa", denuncia.
A la chabola de Delfina en el asentamiento sevillano de El Vacie ya han ido los asistentes sociales, según cuenta su hijo. Y todavía sigue conviviendo entre ratas, humedad y palos que están a nada de caerse. "Se le va a derrumbar la casa", denuncia.
