"Nos estamos convirtiendo en un país de siervos. Cuando tienes un país que su economía cada año que pasa depende más de que venga gente del norte a visitar nuestro país, dejar su dinero en comer sangría barata y paella barata, y tratarnos a nosotros como los camareros que les sirven, eso es un país de siervos", señalaba el periodista, bastante indignado con la situación.