La pesadilla de Patricia Franquesa comenzó con el robo de su portátil. Días más tarde recibe un mail anónimo con una grave amenaza, si no paga 2.200 euros harían públicas unas fotografías íntimas. En ese momento, la víctima no le da importancia porque piensa que es un virus, pero dos semanas después de recibir el mail, el marido de una amiga, recibe unas fotos suyas.